Clásico Francés en Jaque: Marsella vs PSG, ¡Duelo y Balón de Oro!
El clásico francés entre el Olympique de Marsella y el PSG se vio envuelto en una jornada caótica, eclipsada por la coincidencia con la gala del Balón de Oro. Originalmente programado, el partido fue aplazado debido a un fuerte temporal que azotó el sudeste de Francia, obligando a la LFP a reprogramarlo para el día siguiente.
Un Clásico en Medio de la Tormenta
La decisión de la LFP generó controversia, ya que coincidía con la prestigiosa gala del Balón de Oro, donde se esperaba que el PSG fuera protagonista. La incertidumbre sobre la fecha del partido obligó al equipo parisino a viajar a Marsella para luego regresar a París, complicando la logística y la preparación del encuentro.
Luis Enrique, entrenador del PSG, se vio obligado a realizar ajustes tácticos debido a las bajas sensibles de jugadores clave como Neves, Doué y Dembélé. Optó por una defensa de cinco para enfrentar al Marsella en el Vélodrome. El once inicial del PSG incluyó a Chevalier en la portería; Hakimi, Zabarnyi, Pacho, Marquinhos y Nuno Mendes en la defensa; Zaire-Emery, Vitinha y Fabián en el mediocampo; y Kvaratskhelia y Gonçalo Ramos en la delantera.
El Marsella Listo para la Batalla
Por su parte, el Marsella, dirigido por De Zerbi, presentó una alineación con Rulli en la portería; Pavard, Balerdi, Aguerd y Weah en la defensa; Hojberg, O'Riley y Palmieri en el mediocampo; y Greenwood, Paixao y Gouiri en la delantera.
Balón de Oro: ¿Un Desaire para el Clásico?
La coincidencia del clásico con la gala del Balón de Oro generó malestar en el PSG, ya que solo Dembélé, Doué y Joao Neves, lesionados, más Donnarumma, asistirían al evento. El resto del equipo se encontraba en Marsella preparándose para el partido. La Ligue 1 buscaba promover su producto, pero la superposición de eventos restó brillo al clásico y a la fiesta del fútbol francés.
- El partido se jugó en un ambiente tenso y con mucha expectativa.
- El PSG buscaba consolidar su dominio en la Ligue 1.
- El Marsella quería dar la sorpresa y vencer a su clásico rival.
El árbitro francés Brisard fue el encargado de dirigir el encuentro, que prometía ser un duelo emocionante y lleno de intensidad.