México: El Grito de Independencia en Tiempos de Revolución

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A pesar de la turbulencia del período revolucionario, figuras clave de la Revolución Mexicana encontraron momentos para conmemorar el inicio de la Independencia, liderada originalmente por el cura Hidalgo.

Celebraciones en Medio del Conflicto

El 20 de noviembre de 1910, apenas un mes después de que Porfirio Díaz celebrara fastuosamente el centenario de la Independencia de México, el descontento popular estalló en la Revolución Mexicana. Este levantamiento armado, inicialmente encabezado por Francisco I. Madero, buscaba principalmente la destitución de Porfirio Díaz. Sin embargo, pronto surgieron diversos líderes, facciones, ideales y propuestas.

Madero y el Grito de Independencia

Tras la renuncia de Porfirio Díaz el 25 de mayo de 1911 y un breve interinato de Francisco León de la Barra, Francisco I. Madero asumió la presidencia el 6 de noviembre. En septiembre de 1912, Madero, conocido como el “Apóstol de la democracia”, lideró la celebración de la Independencia desde Palacio Nacional.

Según el libro “El grito de Independencia: historia de una pasión nacional” de Fernando Serrano Migallón, el evento comenzó a las 11 de la noche del 15 de septiembre. Madero, acompañado de su gabinete, salió al balcón de Palacio Nacional y tocó la campana de Dolores mientras vitoreaba a Hidalgo y a la Independencia. La multitud respondió con un grito “no de ira, sino de amor patrio”.

El Trágico Final de Madero y el Grito de Huerta

La alegría fue efímera. El 19 de febrero del año siguiente, Francisco I. Madero fue forzado a renunciar y, el 22, fue asesinado junto a su ex vicepresidente, José María Pino Suárez. El general golpista Victoriano Huerta tomó el poder y también celebró el Grito, según crónicas de la época.

La historia del Grito de Independencia en México es un reflejo de las luchas y contradicciones del país, un símbolo de identidad que persiste a pesar de los tiempos turbulentos.

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